Cuando Ray Bradbury hablo y escribio uno de sus mejores cuentos de los años cincuenta sobre las doradas manzanas del sol seguramente muchos se sintieron identificados con él y la nostalgia que sentia hacia aquellas frutas, hermosas, verdes y sanas, que habia probado en su Illinois natal y que no podia conseguir de ninguna manera en la ciudad de Los Angeles, donde se habian trasladado sus padres.
Hoy, usted puede sentir lo mismo, esa sensacion de perdida irreparable al no poder transmitirle en palabras a sus pequeños hijos que se sentia morder una fruta que, literalmente, se deshacia en su boca, dejandole un gusto inolvidable que llenaba todo su cuerpo de energia, especialemnte a esa edad en que la energia lo es todo.
Si quiere lo mejor, si quiere, en una palabra, volver a esas frutas jugosas que se deshacian en su boca debe comprar naranjas valencianas; una fruta cultivada con el amor que este tipo de productos necesita que llega del campo directamente y sin ningun tipo de interrupciones ni intermediarios a su mesa.
No se pierda este manjar. Vuelva a ser niños, vuelva ser feliz.
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